Cuando aún no ha salido el sol y apenas el día despunta.
Me siento feliz, saco a las cabritas su parque de juegos.
Disfruto con ellas y me siento afortunada de verlas correr y saltar
Y a la vez un poco egoísta, parece que le robo esos 20 minutos al día,
donde solo estamos nosotras. 20 minutos secretos y felices.
Luego ellas siguen jugando y comiendo,
el día empieza y el tiempo apremia.
Ya ha amanecido y las prisas nos encuentran.
Gracias "cabretes" por esos 20 minutos
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